Hace unos años nació en una hoja vieja y amarillenta una diosa que nombré “La Bigotuda”.
Nació entre miles de bocetos, en una lluvia de ideas creativas. En un inicio, estaba sola, como asomando de una cortina de seda. Fue ejecutada sobre un nuevo papel y con mucho brillo para hacer honor a su glam.
El tiempo pasó y muchas cosas ocurrieron en el medio. Pero la idea de consagrar su “pride” se mantenía ahí, a la espera de concretarse con toda la gloria. Pero antes de eso necesitaba tener un ensayo más, para organizar su entorno y confirmar que su “pride” fuera glorioso.
Y el momento definitivo de su nacimiento llegó el 17 de Septiembre de 2020. En medio de un año oscuro, la necesidad de aire libre y libertad, fue dibujada sobre un lienzo virgen. Con la llegada de la luz que nos regala la primavera, fue concebida bajo el cielo celeste y el amor del Sol.
Paso a paso fue dando sus primeros latidos. Los colores bases para formar un esqueleto firme y el agregado de más glam.
La Bigotuda asoma su alma por atrás del arcoíris y con el glam del animal print como fondo. Y adelante, oro. Que vendría a ser como una metáfora, el camino de ladrillos amarillos, el futuro rico que tiene por delante.
Cabe mencionar que se tomó su tiempo en nacer. Es un mundo complicado y cosas ocurren. Momentos de tristeza y vacíos que parecen eternos. Pero siempre se mantuvo firme para continuar, cuando la energía fuera la suficiente. Y un 9 de Mazo terminó su alumbramiento.
La Bigotuda recibió su bautismo con dos capas de barniz brillante y quedó consagrada por completo.
A continuación, los videos que muestran de manera menos poética y glamurosa el proceso que llevé a cabo con este lienzo.
Disculpen por ese sonido horrible que es mi voz.
Con amor, Niñita.
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