Dentro del desastre que fue mi vida durante el 2020, rescato algunas cosas. Por ejemplo, el poner mis manos en movimiento con la porcelana fría. Bueno, ya había arrancado con eso en 2019.
Hice un
par de mini máscaras y algunas flores. Pero compré arcilla a fines del año con
el deseo de hacer más.
Y así
fue! No sabía con qué empezar y gracias a los videos recopilatorios de YouTube
de tik toks, encontré a inspiración. Con muchas dudas y miedos saqué la arcilla
del paquete e inmediatamente recordé muchas cosas que aprendí hace décadas atrás.
Originalmente
el porta sahumerio iba a ser un platito con un ojo. Pero de la nada surgió la
boca con el caramelo. Todo fluyó naturalmente, sin esfuerzo alguno. Para cuando
me quise dar cuenta, ya estaba hecho. Y yo estaba en éxtasis.
El paso
siguiente fue pintar. También fue un proceso placentero y rápido. Con
materiales y herramientas a tu alcance, todo es paz interior.
Luego
vino la pausa y la espera. Necesitaba conseguir un barniz o algo similar para
sellar el trabajo y darle el acabado brilloso que buscaba. En unos meses encontré
una laca poliuretánica bellísima que daba justamente el efecto que deseaba. Tres
capas finas de esa laca y el porta sahumerios quedó consagrado.
Éxtasis.
Ahora
compré más arcilla, tengo muchas ideas dando vuelta. Máscaras, mis cornudas,
otro porta sahumerio. Solo debo vencer mis miedos que aparecen para sacarme el
entusiasmo y las limitaciones de espacio con las que sigo luchando a diario.
Tres
videos con el proceso, dos de ellos con mi voz horrenda.
Pasen y
vean (y den like, compartir y suscríbanse por el amor de Thor! Asi me alegran
la existencia un poco!).
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