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4 de junio de 2021

Boquita sahumerio, mi vuelta a la arcilla.


Dentro del desastre que fue mi vida durante el 2020, rescato algunas cosas. Por ejemplo, el poner mis manos en movimiento con la porcelana fría. Bueno, ya había arrancado con eso en 2019.

Hice un par de mini máscaras y algunas flores. Pero compré arcilla a fines del año con el deseo de hacer más.

Y así fue! No sabía con qué empezar y gracias a los videos recopilatorios de YouTube de tik toks, encontré a inspiración. Con muchas dudas y miedos saqué la arcilla del paquete e inmediatamente recordé muchas cosas que aprendí hace décadas atrás.

Originalmente el porta sahumerio iba a ser un platito con un ojo. Pero de la nada surgió la boca con el caramelo. Todo fluyó naturalmente, sin esfuerzo alguno. Para cuando me quise dar cuenta, ya estaba hecho. Y yo estaba en éxtasis.

El paso siguiente fue pintar. También fue un proceso placentero y rápido. Con materiales y herramientas a tu alcance, todo es paz interior.

Luego vino la pausa y la espera. Necesitaba conseguir un barniz o algo similar para sellar el trabajo y darle el acabado brilloso que buscaba. En unos meses encontré una laca poliuretánica bellísima que daba justamente el efecto que deseaba. Tres capas finas de esa laca y el porta sahumerios quedó consagrado.

Éxtasis.

Ahora compré más arcilla, tengo muchas ideas dando vuelta. Máscaras, mis cornudas, otro porta sahumerio. Solo debo vencer mis miedos que aparecen para sacarme el entusiasmo y las limitaciones de espacio con las que sigo luchando a diario.

Tres videos con el proceso, dos de ellos con mi voz horrenda.

Pasen y vean (y den like, compartir y suscríbanse por el amor de Thor! Asi me alegran la existencia un poco!).






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