Para
hoy les tengo una de terror. Traumas sin resolver con actividad sobrenatural y
superstición coreana. Con Sandra Oh de protagonista (cosa que me hizo verla
porque me gusta cómo actúa).
Como
siempre, advertencia de SPOILERS!
Título: Umma (Madre)
Año: 2022
País: USA
Género: Horror sobrenatural.
Duración: 1:23 Hs.
Director(es): Iris K. Shim.
Guionista(s): Iris K. Shim.
Música: Roque Baños.
Basado en: -----
Elenco: Sandra Oh, Fivel Stewart, Dermot Mulroney, Odeya Rush,
MeeWha Alana Lee, Tom Yi.
Link de Letterboxd: +++++++++++
Sinopsis así nomás: Amanda es una madre solera que vive
en una granja con abejas, con su hija. En la granja no hay electricidad, todo
lo eléctrico está oculto en un sótano. La vida es buena, hasta que llega el tío
de Amanda con malas noticias.
Curiosidades:
- En un momento vemos un zorro de 9
colas. Si, como el Pokemón “Ninetales”. Se llama “Kumiho”, es una criatura
mitológica similar a la japonesa y china, llamada “Kitsune”. Pero a diferencia
de esas culturas, la coreana es SIEMPRE maligna.
-
La producción debía comenzar en Vancouver en 2020, pero la pandemia atrasó
todo.
-
Umma significa “Madre”.
-
Hay varias referencias a la leyenda popular coreana de “gumiho”. Dentro de la
cultura coreana y china, un “gumiho” o “kumiho” es un espíritu que se vuelve
maligno por la cantidad de energía reprimida a lo largo de los años. En este
caso, la madre acumula negatividad por todos los años perdidos en su
matrimonio, en donde no pudo vivir con su potencial como modista. La amargura y
el abandono la convirtieron en una “gumiho”.
A
veces decido ver un film por alguna persona que aparece en el cast. Más allá de
que sea un género de mi agrado, si hay un actor o actriz de mi agrado, eso la
pone más arriba en la lista de “pendientes”. Así fue con este film. Sandra Oh
hizo que me llame la atención lo suficiente como para priorizarla. Y aquí
estamos.
Amanda
es una mujer que le teme a la electricidad. Al comienzo la vemos entrando a un
sótano, mientras escucha voces y ruidos y ve imágenes inconexas para nosotros.
Lanza una lámpara al suelo mientras escuchamos a una niña llorar y suplicar a
su madre que la deje salir. Y corta la electricidad de la casa. Y escuchamos
una bebé llorar.
Salto
de 17 años y vemos a Amanda temer a las tormentas eléctricas y a su hija
calmarla a la luz de una vela.
Luego
de unos créditos bonitos nos adentramos en una historia sobre un trauma de
violencia entre madre e hija. Es claro desde un comienzo que Amanda sufría en
manos de su madre y que la cosa fue pesada. Tortura como método de disciplina.
Ahora,
es sabido que la cultura coreana es bastante dura con respecto a las mujeres.
Podemos decir que, atrasan bastante. Son conservadores. La mujer debe ser
obediente y sumisa. Teniendo eso en mente, continuamos con la historia.
Amanda,
claramente, no vive en Corea. Vive en lo que parece ser California. Sola, con
su hija. Sabemos que es viuda, pero no más que eso. Y todo marcha bastante bien
con su hija. Tienen colmenas, venden miel. Tienen un letrero en la entrada de
la granja que advierte del uso de electricidad. Está prohibido todo objeto que
funcione con energía eléctrica. Vemos llegar a Danny, que parece ser el único
nexo entre ellas y el mundo. Amanda es ignorante de las redes sociales, los influencers
y ser viral. Es una vida aislada de todo.
Y
si ya nos parecía raro todo, llega su tío, quien no habla inglés y le trae la
noticia de que su madre falleció meses atrás. Le trae la noticia, la reta por
haber abandonado a su madre (la cultura coreana dice que las hijas deben servir
a sus padres) y, si todo no fuese ya de por si raro, le trae una maleta con
objetos personajes de la madre… y las cenizas de la madre. Pero para! La cosa
se vuelve más rara aún! Porque le dice que por SU culpa, por SU abandono, la
madre no descansa en paz. Sino que ahora es un “gumiho” y es todo SU culpa”.
Ya
para esas alturas nos damos cuenta de que la madre no era trigo limpio. Que era
violenta con Amanda. Que la dejo traumada al extremo. Al punto de querer vivir
aislada y de someter a su hija a lo mismo. Hija la cual llega a la edad en la
que quiere salir a ver más del mundo.
Pero
sin aburrir con el resumen de la trama, quedamos con que el punto de la
película es la presencia de su madre (en forma de cenizas) que viene para
atormentarla en un momento crucial de la vida de su propia hija.
Hasta
ahí podemos decir que todo es producto de la mente de Amanda. Un trauma sin
tratar que durmió por 17 años y llegó al punto de quiebre con la muerte y amenaza
supersticiosa de su madre. Pero, para sorpresa de nadie, no es algo dentro de
la mente de Amanda. Es real.
Lo
bueno de este film es que intentamos convencernos de que todo es producto de su
mente. Que Amanda sufre de Estrés Post Traumático y que todo pasa en su mente.
Pero recibimos el quiebre a la realidad cuando Chrissy (la hija) ve cosas que
nosotros suponemos que no debería (las cenizas y la foto). Ahí entra lo
supernatural de manera confirmada. El “gumiho” de su madre es real y comienza a
tomar control de ella. En la peor de todas las pesadillas, Amanda se convierte
en su madre y le hace daño a su hija.
El
film dura 1 hora y media, lo que es justo para que la trama funcione sin
suspensos eternos y tramas extendidas sin contexto. Vemos el avance de la
posesión, la lucha de Amanda por no ser como lo que más odia y teme. Con la
cantidad justa de “jump scares” y suspenso. Que, según la crítica
“especializada”, fue demasiado. Para mí, no abusa del recurso y maneja bien los
tiempos.
Un
recurso que para mí es manejado muy bien, es el de la sugestión. Las abejas te
taladran un poco el cerebro. Entiendo que Amanda odiaba a las abejas y se
dedica a ellas porque su hija así lo quiere. Y al sentir el abandono, las
abejas se vuelven odiosas porque queda sola con ellas (o esa es la “amenaza”).
Pero para mí fue un recurso bien usado. El “gumiho” de su madre lo usa para
alimentar su ira a su favor. Tiene sentido y no abusan de eso, es lo justo y
necesario.
Otro
recurso que se puede debatir es el de la oscuridad. Por momentos es molesto que
no se vea NADA. Pero a medida que transcurre la historia, la oscuridad ayuda a
jugar con nuestras mentes en la mejor manera. Con un CGI mínimo, la cara de
Amanda se transforma de manera sutil en la de su madre. Vemos pequeñas cosas
que aparecen y nos mantienen en el vilo de si es real o solamente la mente de
Amanda. Funciona, cumple. El film es sutil y avanza bien. Cuando exigimos más
contexto, nos lo da.
Pero
hay cosas que quedan sueltas. Algunas que quizás no importen del todo. Como por
ejemplo, el padre de Amanda. Sabemos que las deja a Amanda y a la madre. Las
hace migrar y luego las abandona, un verdadero sorete. Podemos afirmar que TODO
es responsabilidad de ese tipejo. Pero, qué fue de él? Vive? Por qué no lo
atormenta a él? Que cultura machista, no? Qué culpa tenía la pobre Amanda? En
fin. Esa es una pregunta sin respuesta. La otra, que quizás importa más, es la
de quién es el padre de Chrissy. No nos explica nada (o se me escapa). Esta
muerto? Yo tuve una sensación rara con respecto a Danny. No sé por qué. Pero
como que me dejó pensando. Quizás porque Danny se preocupa de manera muy
personal por ambas. Aunque quizás sea porque tenía algún interés por Amanda.
Who knows?! Podrían haber usado varios minutos en dar un poco más de contexto
en todo eso. Un poquito.
El
film no cuenta con un cast extenso, son apenas 5 personajes. El tío llega, le
tira la muerta y una tonelada de culpa, y se va. Pero Danny nos presenta a su
sobrina, River, la cual no tiene nada de contexto, pero que es fundamental y
agradable. Al principio parece que va a ser la estirada que solo viene para
meter púa. Pero no. Termina siendo una buena piba que apoya a Chrissy y que me
deja con el deseo de que siga siendo amiga en un futuro porque es re buena
onda.
En
el climax nos encontramos con el Pokemón de nueve colas, el “Kumiho”, que sería
la representación física del espíritu maligno de su madre. Y en un momento muy
“Carrie conoce Drag me To Hell” (cortesía del productor, Sam Raimi) Amanda
queda bajo tierra. Ahí enfrenta a su madre. Enfrenta su trauma, su pasado que
la atormenta. Y, si se quiere, la cosa se resuelve de manera bastante… simple.
Pero para mí, es un final muy a lo Babadook. Porque, afronta lo que pasó. Le
hace entender que no la culpa por lo que sufrió, y en cierta manera le quita la
culpa. La exonera de toda culpa. Pero no del todo. La madre queda “ahí”. Le
promete honrarla para que pueda descansar en paz. Pero está ahí. La vemos que queda
parada al lado de su tumba. Como una amenaza atenuada, pero presente.
El
trauma sigue ahí. Esa exoneración no fue del todo honesta. Y es algo realista.
Porque podemos decir en voz alta que perdonamos el daño causado, con tal de
enterrar el pasado. Pero, en realidad perdonamos el daño causado? Lo sentimos
de verdad? Usamos el perdón como herramienta para dejar todo atrás y seguir
viviendo. Pero, lo sentimos realmente? Ese dolor, ese trauma… Es perdonable?
Se
preguntaran, “Y la electricidad? Que pito toca?”. Era el elemento de tortura.
Simplemente eso. La electrocutaba para que sienta el dolor que la vida le había
provocado. Por eso no quería nada electrónico. Porque era dejar entrar el
trauma de su madre. Al aislarse, vivía en negación. Sin afrontar el daño de su
madre. Y tiene lógica porque mucha gente prefiere vivir en negación constante a
enfrentarse a sus demonios más profundos.
Por
eso el final es tan Babadook. Porque deja ir a la hija y nos hace entender que
ahora tiene un celular. Esta “conectada” con el mundo mediante un objeto
electrónico. Le rinde honores a su madre, como para mantenerla calma, en paz.
Pero la vemos (sus pies) al lado de la tumba. En The Babadook, el “bicho” (que
es el duelo no resuelto), queda en el sótano, encerrado. No resuelto,
simplemente ahí en un control precario. Acá es lo mismo. El “gumiho” es
conformado con las ofrendas. Pero si se dejan de brindas… Volverá?
Siempre
digo que una buena historia de terror es la que, cuando se retira lo
sobrenatural, tiene una trama que se sostiene sola. No hay nada más terrorífico
que los traumas de la vida real. Duelos no resueltos, transferencias de culpas,
traumas violentos. Le podes poner fantasmas y demonios a esas historias. Pero
la base es real. El no poder afrontar una vida normal a raíz de un trauma es lo
más terrorífico que podes experimentar. Amanda no puede ser dura con su hija y
al mismo tiempo no quiere aceptar el “abandono” porque corre el riesgo de
convertirse en lo que más teme, en su propia madre. QUÉ LE PASÓ AL PADRE DE
CHRISSY?! Murió o la abandonó porque no pudo convivir con el trauma sin
afrontar de Amanda? Es una profecía auto-cumplida. Una maldición que se repite?
El karma? La mala fortuna? No importa porque Amanda no quiere convertirse en su
Madre y al final logra tener la fuerza suficiente para romper con el ciclo de
violencia. Y ESE es el mensaje más importante, la moraleja. Está en nosotros
romper con los ciclos tóxicos impuestos por nuestros padres. Amanda lo logra,
por ahora…
Me
gustó ver a Sandra en este film. El cast hizo un buen trabajo. No hay abuso del
tan cansador “jump scare”. La oscuridad tiene un sentido y no es aburrido
visualmente. El mensaje es claro y deja ese sabor agridulce con la última toma.
Es
bueno entrar en una historia sin expectativas y salir con la cuota de
satisfacción en nivel alto.
La
recomiendo si les va el terror psicológico. Si les va lo visual, quizás no les
deje nada. Pasa.
Pero
yo estoy conforme.
Por
ahora los dejo, hasta la próxima.
Miren
cine, recomienden cosas en los comentarios.
Con amor, Niñita!
No hay comentarios:
Publicar un comentario