Otra
de terror para el día de hoy. Una muy mala, en verdad que es mala! Le puse
voluntad al asunto pero… es mala. Ni el giro argumental la salva. Si es que le
podemos llamar giro argumental…
Como
siempre, toda mi chachara será con SPOILERS!
Título: The Creeping.
Año: 2002
País: UK
Género: Terror Sobrenatural.
Duración: 1h 34 min.
Director(es): Jamie Hooper.
Guionista(s): Jamie Hooper, Helen Miles.
Música: Stephanie Taylor.
Basado en: -----
Elenco: Riann Steele, Sophie Thomson, Jonathan Nyati, David
Horovitch, Jane Lowe, Phillipa Peak, Taliyah Blair, Peter MacQueen.
Link de Letterboxd: +++++
Sinopsis así nomás: Una joven vuelve a la casa de su
infancia para cuidar a su abuela senil. Pero esa casa siempre tuvo una
presencia maligna que la buscó y su abuela sabe el por qué.
Curiosidades:
- No encontrénada, bueno hay una
cosa que les puedo decir. Sophie Thomson es la hermana de Emma Thomson. Listo,
eso es todo.
Buscando
otra película en uno de mis sitios piratas predilectos, me encontré con esta
película. Busqué el tráiler para ver qué onda y me encontré con una historia
que pintaba como la clásica película de terror que se apoya en saltos y
suspensos. Fantasmas en una casa “vieja”. De entrada tuve el presentimiento de
que me iba a clavar con algo malo. Pero me emperré con verla porque, quién
sabe! A veces se encuentra algo potable. Y turaba una hora y media, cosa
aceptable para una película “mala”.
Así
que me metí en la historia de Anna, una joven que pasó su infancia en una casa
de Somerset (UK) junto a su padre y su abuela. Comenzamos viendo un evento de
su infancia, en una noche de tormenta. Su padre la está arropando y le cuenta
un pequeño relato de terror. Relato el cual se repite casi de la misma manera a
las pocas horas, a las 3:23 AM. Pegamos un salto de 17 años (año 1985) y vemos
a Anna ya adulta, volviendo a la casa. Nos enteramos que su padre murió (su
madre murió al nacer ella) y que ahora está a cargo de su abuela, ya muy mayor,
que sufre de una senilidad bastante avanzada. En la casa esta Karen, quien
ayuda con las tareas de la casa. Es una mujer amable. Todo es normal, hasta que
llega la primera noche y se hacen las 3:23 AM. Ahí entramos en una trama
bastante lenta en donde vemos objetos que se mueven, ruidos raros, su abuela
que se levanta sola a limpiar el piso. Cosas bastante cliché si se quiere. Pero
nada más que saltos predecibles.
El
cast es limitado, pero eso no es un problema (en Umma es perfecto). Pero las
conversaciones que vemos se sienten pobres. Muy a cuenta gotas nos dan un
mínimo de contexto. Nos enteramos de la madre de Anna, de que la abuela amaba a
su padre. Y nos enteramos que su abuelo murió al poco tiempo de morir su madre.
Mientras, más sonidos raros, tomas que no muestran nada, alguna puerta que se
cierra. Anna teniendo una pesadilla, dentro de otra pesadilla y que a su vez es
otra pesadilla. Un monitor para bebés viejo en donde obviamente escucha a su
abuela hablando con otra voz. Más ruidos y la música molesta que se supone que
te tiene que sugestionar y solo logra fastidiar.
A
veces salta la polémica de que una película de 3 horas es demasiado larga y
todos discuten si se debe poner o no intermedios en el cine. Últimamente hubo
varios rounds en ese debate. Personalmente, opino que una película puede durar
lo que quiera, siempre y cuando la trama fluya de manera ágil. Porque si la
trama va a paso de tortuga, no importa si dura 3 horas o 1 hora. Será un
suplicio eterno. Eso pasa con esta película. Es 1h 34 min de absoluta nada.
A
medida que pasa el rato, sospechamos quien es la presencia (su abuelo). Pero
nos damos cuenta que es una presencia maligna, lo que nos lleva a pensar el
cómo murió. Ni bien nos enteramos que se suicidó, sabemos que no es así. Hay
algo más. La abuela no quiere que se acerque a Anna. Y medio que son pocas las
opciones. Sabemos que su madre y su abuela eran blancas, su padre es
afrodescendiente. El viejo o era racista, o pedófilo. Son las dos opciones más
claras. Y la acertada fue la segunda. Y no, no se suicidó, sino que es
asesinado por la abuela y el padre al descubrirse el secreto horrendo. Abusaba
de su madre cuando era pequeña. La única “sorpresa” es la participación del
padre, porque ya vimos la “visión” de la abuela en donde tiene las manos
ensangrentadas. Así que, no hay gran sorpresa.
Para
ese momento salta la pregunta “Cómo solucionan este quilombo?!”. Hay un cura,
un párroco. Que aparece para contarle lo del “suicidio”, para dar un sermón
sobre el perdón, y para decirle que quiere rezar con ella. La única que la
ayuda es Karen, quien ve cosas moverse solas, ve a la pobre Anna casi asfixiada
en el garage y directamente saca a todas de la casa para llevarlas a la suya.
Cosa que me alegró porque al fin veo a alguien tomar una decisión sensata en
una situación de esa clase. Pero obviamente, la cosa no termina ahí porque la
abuela se escapa y vuelve a la casa.
A todo esto, hay una cajita de música. Y como
es cliché, las cajitas de música son todas tenebrosas. Funcionan cuando no
deben, son viejas y traen algo siniestro en ellas. En este caso, la cajita fue
hecha por el abuelo pedófilo, para la madre de Anna. En su base había un
mensaje que no llegamos a leer del todo, pero que asumimos que es algo enfermo.
Y al parecer, la madre de Anna dejó una carta contando lo que le pasó y el
marido la lee y se la da a la madre. Ahí es donde se desata todo. Pero
volviendo a la cajita, es el “talismán” que rompe la maldición, o así parece.
Porque Anna la rompe contra el piso y listo, se terminó la joda. Su abuela
muere y ella vende la casa. Y en esas secuencias de cierre donde vemos la casa
sola, encontramos la cajita de música nuevamente entera.
Honestamente,
no me movió ni un pelo. Y no mencioné la cortina final! Donde vemos los
créditos mientras congelan escenas de la película. Método usado en películas de
comedia generalmente. En esta genera cringe, pero cierra con moño la menuda
porquería de film que acabamos de ver.
Las
actuaciones son mediocres, el CGI es barato, los recursos son repetitivos y la
trama es predecible en la peor manera. Lo único que safa, son las tomas en
primer plano a las arañas que viven en la casa. Es lo único que da “miedo”.
Al
menos dura poco. Imaginen dos horas de suspenso lento y saltos que no te hacen
saltar ni un poco.
En
fin, no siempre toca ver algo bueno. A veces toca un bodrio. Y este no se salva
para nada.
Pero
así es la vida de una cinéfila como yo o cualquiera. Es una ruleta rusa, más en
el género de terror.
Y
ahora los dejo hasta la próxima.
Con amor, Niñita!
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