Al
parecer, estoy comenzando una serie. Ya hice la luna y ahora el sol.
Sobre
cartón, pinto una base de color amarillo con pintura acrílica. Luego comienzo a
darle vida a ese sol con óleo pasteles, usando estecas de silicona para esfumar
y crear la textura fluida del plasma. Luego continúo con el fondo, el espacio.
Esta vez fue todo con óleo pasteles. Oscureciendo de a poco y agregando mas
detalles, mantengo el trabajo simple.
Algo
simple y tranquilo. Papel, lapiceras y lápices de colores. Un dibujo geométrico
que fue evolucionando a medida que lo iba haciendo porque no tenía un plan.
Fue
la gran “Hay que confiar en el proceso”.
El
resultado me agrada, aunque no me dejó un 100% conforme.
Una
vez más caigo en manos de ella, de Elsa Lanchester.
No
puedo evitarlo, es una obsesión de la cual no puedo salir. Mas si me meto en
algo que me tiene mas obsesionada aún, como son los óleo pasteles.
Esta
Elsa la comencé allá por septiembre del año pasado. Teñía la idea de hacerla
para Halloween, pero no se concretó porque todavía no tenía en claro lo que
quería.
Pasaron
los meses y ya me encontré a mi misma. El camino era claro.
Sobre
cartón reciclado, comencé con una capa de pintura acrílica a modo de base.
Luego comencé el arduo proceso de construir la profundidad con las sombras. En
este caso elegí una paleta cálida, en gran parte por la peluca usada
originalmente. Que no, no era negra como se ve en el film. Era ROJA. Cosas de
la cámara y el blanco y negro. Si la peluca hubiese sido negra, se hubiera
perdido por culpa del brillo de la cara. Era un arte filmar en blanco y negro.
En
fin, la peluca era el foco principal de mi atención. Quería que el rojo
estuviera ahí, junto al negro. Pero la idea original era muy distinta a la que
finalmente llevé a cabo. Iba a usar la técnica de grabado. Con la punta de una
esteca iba a “rayar” el óleo, dejando ver el color de fondo. Pero usé una
esteca de silicona en vez de la metálica, y el resultado fue muy distinto… y
mil veces mas satisfactorio.
Su
ropa fue otra parte en la que me entregué al destino y a la confianza del
proceso. Trabaje con paciencia y entusiasmo.
Los
ojos y las cejas son algo que no me dejaron 100% feliz. Pero no me volví loca.
Las
luces las hice con guache blanco y terminé delineando con una gel pen negra.
Fue
un poco cansador al final del camino, en contraste con el entusiasmo inicial,
pero estoy feliz.
El
editado de este video fue otra cosa. Un camino complicado por la notebook que
me odia. La música fue elegida sin criterio alguno ante la corrida de las horas
para llegar a tiempo con la entrega.
Es
hermoso cuando se logra algo tal cual lo imaginó, verdad?
Todo
comienza como viene comenzando últimamente, con una capa de pintura acrílica
como base. Mi intención es la de crear profundidad con los oleo pasteles.
Mi
método consiste en ir aplicando pigmento y luego esfumando con una esteca de
silicona hasta lograr el efecto deseado.
Todo
fue sin contratiempos (sacando una parte del delineado).
Mi
parte favorita fue la de los costados, sobre las áreas negras. En principio
buscaba esfumar con flanco, de manera pareja. Pero a veces lo que planeamos no
sale igual. A veces nos frustramos y otras veces, sale mejor de lo que esperábamos.
Y este fue el caso.
A
final, evité delinear con pintura acrílica negra y opté por usar lápices. Lo
gracioso es que hace un par de meses compré una gel-pen negra para esa labor y…
lo olvidé.