No soy de escribir tanto en este blog, quizás debería hacerlo. Soy de las que escriben mas en papel. Pero esto es mas una catarsis que una "columna de opinión".
Ayer fue uno de esos días que uno simplemente desea borrar. Amanecí agotada, luego de una noche llena de dolor gracias a un esguince en mi tobillo derecho. Mis gatos estaban jugando en mi pieza y me levante para sacarlos, quería dormir un poco mas. Lo primero que noté fue que el día era gris, frío. Algo me dio la sensación de que era uno de esos días en los que no es buena idea salir de la cama. Estaba a punto de meterme cuando escucho la tele en la pieza de mis viejos. Escuche la frase incompleta que decía "el cuerpo de Nisman" y mi alma se congeló.
Salí corriendo lo mas rápido que pude por mi cojera y quedé paralizada frente a la tele.
Muchas cosas pasaron por mi mente, pero la mas clara fue "Lo mataron!".
El día fue confuso, lleno de bronca e impotencia. Pero no sentí miedo.
No sentí miedo por el hecho mafioso, no. El miedo que sentí vino mas tarde, a la noche.
Fue durante la cena, cuando se armo el "debate familiar". No fue el miedo a lo que puede pasar, fue mas bien... el miedo a lo que me rodea y lo que eso significa.
Como para explicar un poco la cosa, hago un pequeño resumen de la historia familiar.
Vengo de una familia de inmigrantes (un mix de sangre franco/italiana), como muchas otras familias argentinas. La mía vino por ramas separadas, en diferentes épocas. Esta la clásica rama que vino a "hacer la américa", alla por 1874 aprox.. Pero esta otra rama de la familia, que vino a principios del siglo XX. Esa parte de la familia no vino con la idea de la "gran américa", no. Vinieron por razones políticas. Para ser mas precisa, vinieron corriendo como ratas.
No se si es justo poner esa etiqueta, pero siento que fue asi.
Eran militantes políticos, socialistas... comunistas.
Como el régimen fascista se había hecho con el poder (Benito y sus camisas negras), la caza estaba declarada y bue... prefirieron irse a quedarse a pelear por sus ideales.
Eso puede ser lógico, razonable. Pero a medida que uno lo medita... nota algo.
Son muchas las familias que llegaron de esa manera, escapando. Todas prefirieron huir a luchar por su amada tierra. Muchas tenian familia y como es lógico... por el bien de todos, es mejor correr.
No voy a perder tiempo pensando si eso fue bueno o malo, no por ahora. Pero si quiero remarcar que esa sangre fue la que terminó de poblar al país.
Miles de familias que abandonaron sus luchas, que corrieron. Familias que ya habían perdido mucho y que criaron a sus hijos bajo el lema "No te metas", ya sea por miedo, prudencia o el simple hecho de que ya no había a donde correr.
Pero creo que estamos pagando por esa "cobardía". Lo estamos pagando mas que nunca porque ya pasamos por etapas verdaderamente oscuras y... es como si no hubiéramos aprendido nada.
Absolutamente nada.
Volviendo al día de ayer, todo fue impotencia. Yo quería ir a la marcha, sentía que era lo correcto. Pero me encontré sola. Nadie quiso ir conmigo y yo no podía ir sola. Estoy caminando muy mal y necesito de alguien a mi lado.
Pasaron las horas y llego el momento de la cena. Al principio pensé que todos estábamos dentro del mismo grupo de pensamiento, pero no.
Creo que todo se dio en cosa de 10 minutos, pero fue suficiente.
Entre frases sueltas de un sermón a adultos hacia jóvenes que no saben nada escuche frases como: "No vale la pena salir a la calle, no cambia nada", "Hay que seguir por el camino de las reglas por mas que los demás no lo hagan" y la que remató la noche "Anda y que te metan un tiro a vos, después voy a ser yo el que te va ir a llorar al cementerio!"
No vale la pena salir porque no cambia nada. Que maten a otros, vos quedate en casa. Estamos en un momento critico donde la ilegalidad esta a la orden del día, pero es mas importante ser correcto.
Esta bien ser honesto y vivir dentro de la legalidad. Respetar las leyes y las reglamentaciones. Pero todo tiene un límite. Cuando cosas como las Instituciones y la República misma estan en peligro, uno no puede quedarse en el molde.
A veces, hay que romper reglas para proteger un bien mayor.
Qué nos pasa como sociedad? Cuanta sangre e impunidad se necesitan para tomar la decisión de luchar contra la injusticia?
Mientras no nos pase nada a nosotros y los nuestros, todo bien. Que sea el otro el que haga todo el trabajo sucio.
Que sea el otro el que de su vida.
Si sale bien, joya! Si sale mal, lo lloramos con un par de palabras hipócritas y mañana será un nuevo día.
Creo que tenemos que empezar a pensar en un todo absoluto. El bienestar tuyo y de los tuyos... y el de todos los demás.
Vale la pena luchar por lo justo, por la verdad, por el futuro?
Si, vale la pena.
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