Para el calendario chino el 2011 (4707 en el calendario chino) será el año de la Liebre o Conejo, Liebre de Metal, más precisamente. El año del calendario chino comienza oficialmente con el mes del Tigre y la Liebre es quien le sigue de inmediato en el zodíaco. El feroz e impredecible Tigre representa el poder y la autoridad del emperador o sea, su lado Yang; mientras la Liebre representa su lado Yin: la sensibilidad, gracia, calidez, empatía y cariño. El mensaje oculto es que un buen gobernante debe saber equilibrar ambos lados, el poder y la fuerza con la sensibilidad y la gracia. Algunas versiones llaman "Gato" a la Liebre pero son totalmente erróneas, pues el felino ha estado siempre ausente en el zodíaco chino (aunque sí aparece en otros horóscopos orientales).
Los signos del horóscopo chino se han popularizado como una simpática rueda de animales que parece pensada para nuestro entretenimiento, pero su significado es bastante más profundo. Representan las doce etapas de un ciclo natural basado originalmente en las lunaciones y luego en otros ciclos planetarios más prolongados. Las denominaciones de animales son relativamente recientes y reemplazaron a otras más antiguas: a la Liebre se la representó primero mediante la constelación de las Pléyades (conocida popularmente como "los siete cabritos"). Las Pléyades son una constelación bastante importante en las observaciones del cielo: el calendario sagrado maya estaba basado en el ciclo anual de las Pléyades y una versión moderna de las mismas es el logotipo de la automotriz japonesa Subaru, el nombre nipón para esta constelación.
La hora de la Liebre es el amanecer (entre las 5:00 y las 7:00AM) y es la rama terrestre que simboliza la renovación de la vida a través del retorno del sol. El vínculo entre el conejo o liebre y la fertilidad y el crecimiento se remonta tan lejos como al culto de la diosa fenicia Astarté, convertida en Eostre por los pueblos germánicos. Los conejitos de chocolate que se venden para las Pascuas son un inocente y diluido resabio del culto a Astarté, diosa de la fertilidad y los placeres carnales. Las celebraciones correspondientes a Eoster tenían lugar el marzo (casualmente, el mes regido por la Liebre) y además se corresponden con la Pascua cristiana (Easter, en inglés). Es fácil deducir por qué llamamos “este” al punto cardinal por donde sale el sol (East, en inglés) y en el feng shui el este es también la dirección de la Liebre (Mao).
La Liebre representa la plenitud del elemento Madera. Tanto el feng shui como la astrología china consideran un ciclo de cinco elementos: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. La Madera es el único elemento “orgánico” de los cinco, el único que puede crecer y reproducirse. En lenguaje contemporáneo, diríamos que la Madera es un recurso “renovable”. Los doce signos del zodíaco ocultan un ciclo a través del cual los cinco elementos nacen, crecen y se “entierran” para luego volver a nacer. En la Liebre, el elemento Madera llega a su fuerza máxima.
La Madera se vincula con el crecimiento, y su representación más directa es una planta o un árbol. Crecer o ayudar a crecer son funciones de la energía del elemento Madera: por lo tanto quienes crecen (los niños) o todos aquellos que los ayudan a crecer (sus progenitores, maestros y profesores) están expresando la energía de este elemento y algo tienen que ver con la Liebre también. El uso de las plantas medicinales es otro ámbito que cae bajo la regencia de la Liebre.
Los doce signos establecen ciertas relaciones de afinidad entre ellos, según su composición de elementos. La Liebre comparte algo de la energía de la Madera con el Tigre y el Dragón, pero con quienes realmente forma un acorde armónico es con el Cerdo y la Oveja. La Liebre suele beneficiar a ambos. La Liebre también tiene una amistad especial con el Perro (con lo cual, los canes ya pueden empezar a mover la cola de contentos). En cambio, choca con el Gallo, a quien seguramente le traerá algunos problemas.
La Liebre es además uno de los signos cuatro signos que promueven el romance (flores del melocotón); en los años de la Liebre florece pues el amor tal como los jazmines en la primavera. Pero lamentamos informarles que este privilegio no es para todos, lo otorga solamente al Tigre, al Caballo y a su buen amigo el Perro. Los demás, tendrán que esperar por las flores que les corresponden.
Como señalábamos al principio, la Liebre sigue al Tigre en la secuencia de los animales y representa el equilibrio de la fuerza basado en la gentileza y la sensibilidad. La Gran Fuerza explica cómo debe ser usado el poder. Para los antiguos sabios, el verdadero poder no residía en la fuerza física, o en el poderío económico, político o militar. Sic Transit Gloria Mundi: el verdadero poder era (y sigue siendo, aunque parezca olvidado) el poder sobre uno mismo: la fuerza de la voluntad y la moral. Cualquier logro material que tengamos lo podemos eventualmente perder. Al contrario, los logros reales en nuestro mundo interno, el perfeccionamiento del carácter, la voluntad y la moral, se vuelven parte de nosotros mismos y no hay poder en el universo que nos lo pueda quitar. Esa es la lección a aprender en el año de la Liebre.
Se dice que el Rey Wen, un personaje legendario de la historia de China que derrocó a la tiránica dinastía Shang, siguió estrictamente las enseñanzas del I Ching para completar su hazaña. Una vez que hubo triunfado sobre los Shang, el Rey Wen tuvo en sus manos un gran poder. De inmediato instruyó a sus colaboradores para que mantuvieran la máxima transparencia y honestidad. Comprendió que el poder puede volver a las personas arrogantes y vanidosas y que en esas condiciones el orden logrado no iba a durar mucho. La dinastía Zhou, fundada por el Rey Wen, gobernó durante 900 años, siendo la dinastía de mayor duración en la historia de China y de todo el mundo
Fuente: http://www.fengshui-mundo.com/articles/aniodeltigre.htm
Los signos del horóscopo chino se han popularizado como una simpática rueda de animales que parece pensada para nuestro entretenimiento, pero su significado es bastante más profundo. Representan las doce etapas de un ciclo natural basado originalmente en las lunaciones y luego en otros ciclos planetarios más prolongados. Las denominaciones de animales son relativamente recientes y reemplazaron a otras más antiguas: a la Liebre se la representó primero mediante la constelación de las Pléyades (conocida popularmente como "los siete cabritos"). Las Pléyades son una constelación bastante importante en las observaciones del cielo: el calendario sagrado maya estaba basado en el ciclo anual de las Pléyades y una versión moderna de las mismas es el logotipo de la automotriz japonesa Subaru, el nombre nipón para esta constelación.
La hora de la Liebre es el amanecer (entre las 5:00 y las 7:00AM) y es la rama terrestre que simboliza la renovación de la vida a través del retorno del sol. El vínculo entre el conejo o liebre y la fertilidad y el crecimiento se remonta tan lejos como al culto de la diosa fenicia Astarté, convertida en Eostre por los pueblos germánicos. Los conejitos de chocolate que se venden para las Pascuas son un inocente y diluido resabio del culto a Astarté, diosa de la fertilidad y los placeres carnales. Las celebraciones correspondientes a Eoster tenían lugar el marzo (casualmente, el mes regido por la Liebre) y además se corresponden con la Pascua cristiana (Easter, en inglés). Es fácil deducir por qué llamamos “este” al punto cardinal por donde sale el sol (East, en inglés) y en el feng shui el este es también la dirección de la Liebre (Mao).
La Liebre representa la plenitud del elemento Madera. Tanto el feng shui como la astrología china consideran un ciclo de cinco elementos: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. La Madera es el único elemento “orgánico” de los cinco, el único que puede crecer y reproducirse. En lenguaje contemporáneo, diríamos que la Madera es un recurso “renovable”. Los doce signos del zodíaco ocultan un ciclo a través del cual los cinco elementos nacen, crecen y se “entierran” para luego volver a nacer. En la Liebre, el elemento Madera llega a su fuerza máxima.
La Madera se vincula con el crecimiento, y su representación más directa es una planta o un árbol. Crecer o ayudar a crecer son funciones de la energía del elemento Madera: por lo tanto quienes crecen (los niños) o todos aquellos que los ayudan a crecer (sus progenitores, maestros y profesores) están expresando la energía de este elemento y algo tienen que ver con la Liebre también. El uso de las plantas medicinales es otro ámbito que cae bajo la regencia de la Liebre.
Los doce signos establecen ciertas relaciones de afinidad entre ellos, según su composición de elementos. La Liebre comparte algo de la energía de la Madera con el Tigre y el Dragón, pero con quienes realmente forma un acorde armónico es con el Cerdo y la Oveja. La Liebre suele beneficiar a ambos. La Liebre también tiene una amistad especial con el Perro (con lo cual, los canes ya pueden empezar a mover la cola de contentos). En cambio, choca con el Gallo, a quien seguramente le traerá algunos problemas.
La Liebre es además uno de los signos cuatro signos que promueven el romance (flores del melocotón); en los años de la Liebre florece pues el amor tal como los jazmines en la primavera. Pero lamentamos informarles que este privilegio no es para todos, lo otorga solamente al Tigre, al Caballo y a su buen amigo el Perro. Los demás, tendrán que esperar por las flores que les corresponden.
Como señalábamos al principio, la Liebre sigue al Tigre en la secuencia de los animales y representa el equilibrio de la fuerza basado en la gentileza y la sensibilidad. La Gran Fuerza explica cómo debe ser usado el poder. Para los antiguos sabios, el verdadero poder no residía en la fuerza física, o en el poderío económico, político o militar. Sic Transit Gloria Mundi: el verdadero poder era (y sigue siendo, aunque parezca olvidado) el poder sobre uno mismo: la fuerza de la voluntad y la moral. Cualquier logro material que tengamos lo podemos eventualmente perder. Al contrario, los logros reales en nuestro mundo interno, el perfeccionamiento del carácter, la voluntad y la moral, se vuelven parte de nosotros mismos y no hay poder en el universo que nos lo pueda quitar. Esa es la lección a aprender en el año de la Liebre.
Se dice que el Rey Wen, un personaje legendario de la historia de China que derrocó a la tiránica dinastía Shang, siguió estrictamente las enseñanzas del I Ching para completar su hazaña. Una vez que hubo triunfado sobre los Shang, el Rey Wen tuvo en sus manos un gran poder. De inmediato instruyó a sus colaboradores para que mantuvieran la máxima transparencia y honestidad. Comprendió que el poder puede volver a las personas arrogantes y vanidosas y que en esas condiciones el orden logrado no iba a durar mucho. La dinastía Zhou, fundada por el Rey Wen, gobernó durante 900 años, siendo la dinastía de mayor duración en la historia de China y de todo el mundo
Fuente: http://www.fengshui-mundo.com/articles/aniodeltigre.htm
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