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21 de febrero de 2024

Najash mira: “Umma” (2022)



Para hoy les tengo una de terror. Traumas sin resolver con actividad sobrenatural y superstición coreana. Con Sandra Oh de protagonista (cosa que me hizo verla porque me gusta cómo actúa).

Como siempre, advertencia de SPOILERS!

 

Título: Umma (Madre)

Año: 2022

País: USA

Género: Horror sobrenatural.

Duración: 1:23 Hs.

Director(es): Iris K. Shim.

Guionista(s): Iris K. Shim.

Música: Roque Baños.

Basado en: -----

Elenco: Sandra Oh, Fivel Stewart, Dermot Mulroney, Odeya Rush, MeeWha Alana Lee, Tom Yi.

Link de Letterboxd: +++++++++++

Sinopsis así nomás: Amanda es una madre solera que vive en una granja con abejas, con su hija. En la granja no hay electricidad, todo lo eléctrico está oculto en un sótano. La vida es buena, hasta que llega el tío de Amanda con malas noticias.

Curiosidades:

- En un momento vemos un zorro de 9 colas. Si, como el Pokemón “Ninetales”. Se llama “Kumiho”, es una criatura mitológica similar a la japonesa y china, llamada “Kitsune”. Pero a diferencia de esas culturas, la coreana es SIEMPRE maligna.

- La producción debía comenzar en Vancouver en 2020, pero la pandemia atrasó todo.

- Umma significa “Madre”.

- Hay varias referencias a la leyenda popular coreana de “gumiho”. Dentro de la cultura coreana y china, un “gumiho” o “kumiho” es un espíritu que se vuelve maligno por la cantidad de energía reprimida a lo largo de los años. En este caso, la madre acumula negatividad por todos los años perdidos en su matrimonio, en donde no pudo vivir con su potencial como modista. La amargura y el abandono la convirtieron en una “gumiho”.




A veces decido ver un film por alguna persona que aparece en el cast. Más allá de que sea un género de mi agrado, si hay un actor o actriz de mi agrado, eso la pone más arriba en la lista de “pendientes”. Así fue con este film. Sandra Oh hizo que me llame la atención lo suficiente como para priorizarla. Y aquí estamos.

Amanda es una mujer que le teme a la electricidad. Al comienzo la vemos entrando a un sótano, mientras escucha voces y ruidos y ve imágenes inconexas para nosotros. Lanza una lámpara al suelo mientras escuchamos a una niña llorar y suplicar a su madre que la deje salir. Y corta la electricidad de la casa. Y escuchamos una bebé llorar.

Salto de 17 años y vemos a Amanda temer a las tormentas eléctricas y a su hija calmarla a la luz de una vela.

Luego de unos créditos bonitos nos adentramos en una historia sobre un trauma de violencia entre madre e hija. Es claro desde un comienzo que Amanda sufría en manos de su madre y que la cosa fue pesada. Tortura como método de disciplina.

Ahora, es sabido que la cultura coreana es bastante dura con respecto a las mujeres. Podemos decir que, atrasan bastante. Son conservadores. La mujer debe ser obediente y sumisa. Teniendo eso en mente, continuamos con la historia.

Amanda, claramente, no vive en Corea. Vive en lo que parece ser California. Sola, con su hija. Sabemos que es viuda, pero no más que eso. Y todo marcha bastante bien con su hija. Tienen colmenas, venden miel. Tienen un letrero en la entrada de la granja que advierte del uso de electricidad. Está prohibido todo objeto que funcione con energía eléctrica. Vemos llegar a Danny, que parece ser el único nexo entre ellas y el mundo. Amanda es ignorante de las redes sociales, los influencers y ser viral. Es una vida aislada de todo.




Y si ya nos parecía raro todo, llega su tío, quien no habla inglés y le trae la noticia de que su madre falleció meses atrás. Le trae la noticia, la reta por haber abandonado a su madre (la cultura coreana dice que las hijas deben servir a sus padres) y, si todo no fuese ya de por si raro, le trae una maleta con objetos personajes de la madre… y las cenizas de la madre. Pero para! La cosa se vuelve más rara aún! Porque le dice que por SU culpa, por SU abandono, la madre no descansa en paz. Sino que ahora es un “gumiho” y es todo SU culpa”.

Ya para esas alturas nos damos cuenta de que la madre no era trigo limpio. Que era violenta con Amanda. Que la dejo traumada al extremo. Al punto de querer vivir aislada y de someter a su hija a lo mismo. Hija la cual llega a la edad en la que quiere salir a ver más del mundo.

Pero sin aburrir con el resumen de la trama, quedamos con que el punto de la película es la presencia de su madre (en forma de cenizas) que viene para atormentarla en un momento crucial de la vida de su propia hija.




Hasta ahí podemos decir que todo es producto de la mente de Amanda. Un trauma sin tratar que durmió por 17 años y llegó al punto de quiebre con la muerte y amenaza supersticiosa de su madre. Pero, para sorpresa de nadie, no es algo dentro de la mente de Amanda. Es real.

Lo bueno de este film es que intentamos convencernos de que todo es producto de su mente. Que Amanda sufre de Estrés Post Traumático y que todo pasa en su mente. Pero recibimos el quiebre a la realidad cuando Chrissy (la hija) ve cosas que nosotros suponemos que no debería (las cenizas y la foto). Ahí entra lo supernatural de manera confirmada. El “gumiho” de su madre es real y comienza a tomar control de ella. En la peor de todas las pesadillas, Amanda se convierte en su madre y le hace daño a su hija.

El film dura 1 hora y media, lo que es justo para que la trama funcione sin suspensos eternos y tramas extendidas sin contexto. Vemos el avance de la posesión, la lucha de Amanda por no ser como lo que más odia y teme. Con la cantidad justa de “jump scares” y suspenso. Que, según la crítica “especializada”, fue demasiado. Para mí, no abusa del recurso y maneja bien los tiempos.




Un recurso que para mí es manejado muy bien, es el de la sugestión. Las abejas te taladran un poco el cerebro. Entiendo que Amanda odiaba a las abejas y se dedica a ellas porque su hija así lo quiere. Y al sentir el abandono, las abejas se vuelven odiosas porque queda sola con ellas (o esa es la “amenaza”). Pero para mí fue un recurso bien usado. El “gumiho” de su madre lo usa para alimentar su ira a su favor. Tiene sentido y no abusan de eso, es lo justo y necesario.

Otro recurso que se puede debatir es el de la oscuridad. Por momentos es molesto que no se vea NADA. Pero a medida que transcurre la historia, la oscuridad ayuda a jugar con nuestras mentes en la mejor manera. Con un CGI mínimo, la cara de Amanda se transforma de manera sutil en la de su madre. Vemos pequeñas cosas que aparecen y nos mantienen en el vilo de si es real o solamente la mente de Amanda. Funciona, cumple. El film es sutil y avanza bien. Cuando exigimos más contexto, nos lo da.

Pero hay cosas que quedan sueltas. Algunas que quizás no importen del todo. Como por ejemplo, el padre de Amanda. Sabemos que las deja a Amanda y a la madre. Las hace migrar y luego las abandona, un verdadero sorete. Podemos afirmar que TODO es responsabilidad de ese tipejo. Pero, qué fue de él? Vive? Por qué no lo atormenta a él? Que cultura machista, no? Qué culpa tenía la pobre Amanda? En fin. Esa es una pregunta sin respuesta. La otra, que quizás importa más, es la de quién es el padre de Chrissy. No nos explica nada (o se me escapa). Esta muerto? Yo tuve una sensación rara con respecto a Danny. No sé por qué. Pero como que me dejó pensando. Quizás porque Danny se preocupa de manera muy personal por ambas. Aunque quizás sea porque tenía algún interés por Amanda. Who knows?! Podrían haber usado varios minutos en dar un poco más de contexto en todo eso. Un poquito.

El film no cuenta con un cast extenso, son apenas 5 personajes. El tío llega, le tira la muerta y una tonelada de culpa, y se va. Pero Danny nos presenta a su sobrina, River, la cual no tiene nada de contexto, pero que es fundamental y agradable. Al principio parece que va a ser la estirada que solo viene para meter púa. Pero no. Termina siendo una buena piba que apoya a Chrissy y que me deja con el deseo de que siga siendo amiga en un futuro porque es re buena onda.




En el climax nos encontramos con el Pokemón de nueve colas, el “Kumiho”, que sería la representación física del espíritu maligno de su madre. Y en un momento muy “Carrie conoce Drag me To Hell” (cortesía del productor, Sam Raimi) Amanda queda bajo tierra. Ahí enfrenta a su madre. Enfrenta su trauma, su pasado que la atormenta. Y, si se quiere, la cosa se resuelve de manera bastante… simple. Pero para mí, es un final muy a lo Babadook. Porque, afronta lo que pasó. Le hace entender que no la culpa por lo que sufrió, y en cierta manera le quita la culpa. La exonera de toda culpa. Pero no del todo. La madre queda “ahí”. Le promete honrarla para que pueda descansar en paz. Pero está ahí. La vemos que queda parada al lado de su tumba. Como una amenaza atenuada, pero presente.

El trauma sigue ahí. Esa exoneración no fue del todo honesta. Y es algo realista. Porque podemos decir en voz alta que perdonamos el daño causado, con tal de enterrar el pasado. Pero, en realidad perdonamos el daño causado? Lo sentimos de verdad? Usamos el perdón como herramienta para dejar todo atrás y seguir viviendo. Pero, lo sentimos realmente? Ese dolor, ese trauma… Es perdonable?

Se preguntaran, “Y la electricidad? Que pito toca?”. Era el elemento de tortura. Simplemente eso. La electrocutaba para que sienta el dolor que la vida le había provocado. Por eso no quería nada electrónico. Porque era dejar entrar el trauma de su madre. Al aislarse, vivía en negación. Sin afrontar el daño de su madre. Y tiene lógica porque mucha gente prefiere vivir en negación constante a enfrentarse a sus demonios más profundos.

Por eso el final es tan Babadook. Porque deja ir a la hija y nos hace entender que ahora tiene un celular. Esta “conectada” con el mundo mediante un objeto electrónico. Le rinde honores a su madre, como para mantenerla calma, en paz. Pero la vemos (sus pies) al lado de la tumba. En The Babadook, el “bicho” (que es el duelo no resuelto), queda en el sótano, encerrado. No resuelto, simplemente ahí en un control precario. Acá es lo mismo. El “gumiho” es conformado con las ofrendas. Pero si se dejan de brindas… Volverá?




Siempre digo que una buena historia de terror es la que, cuando se retira lo sobrenatural, tiene una trama que se sostiene sola. No hay nada más terrorífico que los traumas de la vida real. Duelos no resueltos, transferencias de culpas, traumas violentos. Le podes poner fantasmas y demonios a esas historias. Pero la base es real. El no poder afrontar una vida normal a raíz de un trauma es lo más terrorífico que podes experimentar. Amanda no puede ser dura con su hija y al mismo tiempo no quiere aceptar el “abandono” porque corre el riesgo de convertirse en lo que más teme, en su propia madre. QUÉ LE PASÓ AL PADRE DE CHRISSY?! Murió o la abandonó porque no pudo convivir con el trauma sin afrontar de Amanda? Es una profecía auto-cumplida. Una maldición que se repite? El karma? La mala fortuna? No importa porque Amanda no quiere convertirse en su Madre y al final logra tener la fuerza suficiente para romper con el ciclo de violencia. Y ESE es el mensaje más importante, la moraleja. Está en nosotros romper con los ciclos tóxicos impuestos por nuestros padres. Amanda lo logra, por ahora…




Me gustó ver a Sandra en este film. El cast hizo un buen trabajo. No hay abuso del tan cansador “jump scare”. La oscuridad tiene un sentido y no es aburrido visualmente. El mensaje es claro y deja ese sabor agridulce con la última toma.

Es bueno entrar en una historia sin expectativas y salir con la cuota de satisfacción en nivel alto.

La recomiendo si les va el terror psicológico. Si les va lo visual, quizás no les deje nada. Pasa.

Pero yo estoy conforme.

Por ahora los dejo, hasta la próxima.

Miren cine, recomienden cosas en los comentarios.

Con amor, Niñita!


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